Teniendo en cuenta que todos tenemos ciertas cualidades que atraen o alejan a las mujeres, y considerando que si no tienes las suficientes puedes olvidarte de cualquier tipo de relación, está claro que un consumidor no puede conseguir trivialmente la mujer que prefiera de entre todas las posibles. Si tenemos en cuenta además de estas cualidades, la disponibilidad del consumidor, tenemos lo que se llama la frontera de la disponibilidad. Esta es la que nos indica qué mujeres son las que el consumidor puede elegir y conseguir, teniendo en cuenta las cualidades que dispone y las necesidades de las mujeres. La misión del consumidor será entonces conseguir de entre todas esas mujeres aquella que el prefiera a todas las demás (o alguna de las mujeres que el considere que es al menos tan buena como todas las demás, en este caso el amor es decisivo). Encontrar esto, es lo que se llama maximización del consumidor (Hay que aclarar que dicha maximización dependerá del tipo de relación que desee, ver apoyo en el artículo Anexo: Tipos de Relaciones). Generalmente, es habitual que la mujer elegida por el consumidor se encuentre en la frontera de la desponibilidad, es decir, que sea una mujer cuyo valor (multiplicando las cualidades del consumidor por las necesidades de las mujeres y dividiendo entre la inteligencia de la mujer en escala del 1 al 10) sea exactamente igual al mercado objetivo y posible del consumidor.
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1 comentario:
Se te olvida la asimetría de la información y que esta es incompleta y, a veces, errónea.
Vamos, que muchas veces los tíos no vemos las señales y otras nos hacemos ilusiones.
Bros
XD
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